2 de marzo de 2007

En memoria de Arturo Enrique y de Jaime Emilio

DETENCIÓN Y DESAPARICIÓN DEL DR. ARTURO HILLERNS LARRAÑAGA Y DEL ABOGADO JAIME ELTIT SPIELMANN El día 15 de septiembre de 1973, alrededor de las 02:00 horas de la madrugada, unos 20 funcionarios de la Segunda Comisaría de Carabineros de Temuco, irrumpieron violentamente en el hogar de la familia Eltit Spielmann ubicado en calle Lynch N° 161 de Temuco, practicando un allanamiento ilegal y destrozando ropas y enseres. Entre los policías, la familia pudo reconocer al entonces Teniente Osvaldo Muñoz Mondaca; quien a grandes voces preguntó por Jaime Eltit Spielmann, hijo del matrimonio dueño de casa y cuñado del doctor Arturo Hillerns Larrañaga. Por esa fecha Jaime Eltit había sido detenido en Santiago por efectivos militares y posteriormente fue trasladado a Temuco para comparecer ante la Fiscalía Militar, permaneciendo cautivo en dependencias del Regimiento de Infantería No 8 “Tucapel”. La información entregada entonces por esa Fiscalía es que habría sido dejado en libertad el 6 de octubre de 1973, sin embargo desde entonces se encuentra desaparecido sin que sus familiares hayan tenido información sobre su paradero. Durante el allanamiento ilegal se interrogó a los moradores de la casa acerca de los amigos de Jaime, las direcciones que tenían, advirtiéndoles que “se sabía quienes eran los marxistas”. Cuando los policías se retiraban apareció desde el patio trasero otro grupo compuesto por cinco funcionarios de Carabineros, distintos de los que estaban interrogando a la familia. Habían ingresado por la parte posterior de la casa, allanado algunas dependencias anexas, incautando cajas con libros y documentos que pertenecían a Arturo Hillerns Larrañaga. Dichos uniformados vestían de manera distinta a los anteriores, ya que uno andaba con botas de montar, otro de casco y capote (sujetos que la esposa de Arturo reconoció como los integrantes de la llamada Comisión Civil de la Segunda Comisaría de Carabineros). Frente a esa situación, Arturo Hillerns Larrañaga preguntó “¿porqué se llevan esas cajas con libros?”, ya que eran de su propiedad y consistían en textos de Medicina. El funcionario que estaba al mando le preguntó el nombre y al dárselo le indicó “¡A usted lo andábamos buscando!”. Arturo Hillerns le solicitó se le exhibiera la correspondiente orden de detención ante lo cual el oficial, apuntándole con su arma de fuego le expresó:” ¡ésta es mi orden…!”. De ese modo Hillerns fue introducido en una camioneta blanca con toldo, sin patente, informándose a la familia que se lo trasladaría a la Segunda Comisaría de Carabineros de Temuco. Ese mismo día, 15 de septiembre, una vez levantado el toque de queda, su suegro Emilio Eltit Misle concurrió al recinto policial acompañado del abogado Teodoro Ribera Beneit. En el Cuartel le manifestaron que Hillerns nunca había sido detenido. Horas más tarde Emilio Eltit, acompañando a su hija Elizabeth Maritza Eltit Spielmann, esposa de Arturo, concurrió nuevamente a la Comisaría y en ella le informaron que él no se encontraba en ese recinto y que los aprehensores habían sido extremistas de izquierda disfrazados de carabineros. Su familia preguntó por él en el Regimiento Tucapel y en la Base Aérea Maquehue de Temuco, informándoles en esos lugares que no se encontraba recluido. Sin embargo, al día siguiente de su aprehensión, por bando N° 1 de la Comandancia de la Guarnición de Temuco, se puso en conocimiento de la ciudadanía que el Doctor Arturo Hillerns Larrañaga, se había dado a la fuga el día 15 de septiembre de 1973, a las 03:00 de la madrugada, en circunstancias que era trasladado desde su domicilio al Grupo N° 3 de Helicópteros con el objeto de obtener antecedentes de grupos extremistas. El bando está firmado por el Coronel Pablo Iturriaga Marchesse, Comandante de la Guarnición. El comunicado reconoce de hecho la detención del afectado y da la versión inverosímil de su fuga; por cuanto al ser detenido, fue esposado y subido a una camioneta con policías armados de custodia y escoltado por otras tantas camionetas, todas sin patente, lo que imposibilitaba cualquier intento de fuga. Hasta la fecha se ignora el destino o paradero del doctor Arturo Hillerns Larrañaga. Desde ese día se perdió todo rastro de su paradero, sin que él, privado de libertad, haya tomado contacto con sus familiares, realizado gestiones administrativas ante organismos de Estado, sin registrar entradas o salidas del país, y sin que conste, tampoco, su defunción. Este hecho se enmarca dentro de un patrón similar a otros ocurridos durante aquella época que se iniciaba mediante el seguimiento y vigilancia de las víctimas hasta terminar con su secuestro. Recientemente la familia ha tomado conocimiento que han sido sometidos a proceso por el Ministro de Fuero Alejandro Solís, los integrantes de la llamada “Comisión Civil de Carabineros de Temuco”: Gonzalo Enrique Arias González (General Inspector de carabineros ®. A la época de los hechos Subprefecto de la Prefectura de Cautín y Fiscal de Carabineros); Eduardo Orlando Riquelme Rodríguez (Capitán de carabineros ®. A la época Teniente a cargo Comisión Civil); Juan de Dios Fritz Vega (Sargento 1° de carabineros ®. A la época miembro Comisión Civil); Hugo Opazo Inzunza (Suboficial ® de carabineros. Cabo a la época, integrante de la comisión civil); Juan de Dios Aliro Verdugo Jara (Sargento 2 ® carabineros. A la época, Cabo 1° miembro Comisión Civil); Omar Burgos Dejean (Sargento 1° de carabineros ®. A la época, carabinero, miembro Comisión Civil) y Ernesto Ildefonso Garrido (Teniente de carabineros ®. A la época carabinero, integrante de la Comisión Civil). Todos ellos en calidad de autores del delito de secuestro previsto y sancionado en el artículo 141 incisos 1º y 3º del Código Penal en la persona de Arturo Enrique Hillerns Larrañaga, perpetrado a contar del 15 de septiembre de 1973. Asimismo, se despachó orden de aprehensión en contra de los imputados (Causa Rol N° 2182-98 “Colegio Médico, Arturo Hillerns L. y Jaime Eltit S.”), a cumplirse bajo apercibimiento de rebeldía, por la Dirección General de Carabineros de Chile. Con anterioridad, el 24 de mayo de 2005, dentro de la misma causa, el Ministro de fuero Alejando Solís, sometió a proceso a Nelson Manuel Uldaricio Ubilla Toledo, “en calidad de autor del delito de secuestro calificado perpetrado en la persona de Jaime Eltit Spielmann” A los imputados se les mantendrá procesados y en algunos casos privados de libertad por constituir sus respectivas libertades un peligro para la seguridad de la sociedad, atendida la sanción legal probable del ilícito que cometieron, es decir, el delito de secuestro calificado en la persona del doctor Arturo Hillerns Larrañaga. El caso de Arturo Enrique y de Jaime Emilio es un ejemplo más de los miles de dramáticas situaciones de violaciones a los derechos humanos cometidos por agentes del estado chileno durante la dictadura de Augusto Pinochet, casos que fueron investigados y asumidos con convicción por la “Comisión Rettig”. Durante diecisiete años se pretendió disponer de las vidas y las voluntades de cada chileno que rechazaba y se oponía a la dictadura encabezada por Pinochet, erigiendo para ello una maquinaria siniestra, que en su feroz accionar represivo, fue dejando un reguero de muertos, trastocando profundamente el andamiaje ético de nuestra patria a través de la violencia, la mentira oficial y la protección juramentada para mantener una impunidad a ultranza. Todo esto ha sido muy doloroso y complejo para los familiares de las víctimas… Con la vuelta a la vida democrática en Chile, lentamente, la justicia fue recuperando su misión y su dignidad. Sabemos que aún queda mucho por hacer y que la gran mayoría de los chilenos espera respuestas de todas las instituciones involucradas. ¡Para que nunca más…!, sus evocadores nombres, junto al de centenares de víctimas de la represión en la región, están esculpidos en el Memorial del Parque de la Paz, en la ciudad de Temuco. No obstante el largo y dificultoso camino recorrido, luego de una oscura noche, comienza hoy a despuntar la verdad para nuestras familias; esperamos que con ella venga la justicia y el consuelo. Pese a todo, consideramos que los chilenos vamos agregando etapas en la construcción de un país más fraterno, más afectuoso, más humano, en cuyos ciudadanos se instale una ética de la no violencia y una cultura por la vida. Es el mejor tributo para los abatidos y para los que partieron sin encontrar respuestas, esperanza ni consuelo. En memoria de Arturo Enrique y de Jaime Emilio A 34 años 5 meses de su detención y desaparecimiento Sus familiares